Resumen: Los supermercados fueron inventados por alguien. Alguien pensó en cómo hacer que los clientes directamente cogieran lo que necesitaban y pasaran por caja al final del proceso. Alguien pensó en como empaquetar todos los productos para que no hiciera falta pedírselo a un dependiente. Esa persona era Clarence Saunders.
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Tu entrabas en una tienda donde básicamente todo estaba fuera del alcance de tu mano. Tenías que pedir todo a una persona que te lo diera. No podías ver todo, no podías entender todo. Básicamente como una farmacia. Vas, pides lo que quieres (porque no sabes lo que necesitas y te vas).
¿Qué ocurre en un supermercado? Qué todo lo que hay disponible es bueno para ti. No hay nada que te pueda hacer daño (al menos de forma directa y a corto plazo). Y todo está a la venta para ti. Pero esa idea de que el cliente fuera el que directamente entrara en el almacén era algo que no existía.
El nombre es feo como él solo (y el logo más), pero la idea era brillante. Lo que sabía Clarence era que muchas tiendas cerraban por los sobrecostes (el famoso overhead) y sabía que se debía ofrecer un servicio más directo.
Clarence le dio la vuelta al concepto y puso a los clientes al mando de su compra. Ya no era el dependiente el que te daba el producto, eras tu, el cliente el que seleccionaba y sabía lo que quería comprar y sabía lo que costaba en cada momento.
¿Cuántas industrias, sectores, siguen siendo poco transparentes, oscuras al ciudadano? ¿Sabes cuánto cuesta realmente el kilómetro de autopista? ¿Cuánto cuesta cada visita a un médico de cabecera? ¿Cuánto cuesta recoger la basura por ciudadano en España? Seguramente uno de los sectores donde más oscuridad y más sensación de entrar en un ultramarino y ser atendido por un dependiente es la administración pública.
Esta idea fue patentada por Clarence e hizo que su negocio explotase. En 6 años abrió 1.200 tiendas. En los siguientes 10 años llegó a 2.660 tiendas facturando 180 millones de la época. Estamos en el año 1932.
Luego llegó la especulación, NYST y la bancarrota. La avaricia de Clarence le llevó a hacer ciertas operaciones en Bolsa que terminaron por arruinarlo. Esta parte de su historia es muy interesante.
Finalmente arruinado, Clarence volvío a desarrollar otras ideas de supermercados automáticos (las ideas de las vending machines y el self check out nacieron igualmente con Clarence).
La parte bonita de la historia de Clarence es que no hay que tener miedo a cambiar un sector de arriba abajo. Cuando el empezó lo hizo sin dinero, sin respaldo y con la poca experiencia que te da el haber trabajado en un sector y haber visto el dolor que sufrían. La identificación del dolor que puede sufrir un sector siempre puede ser una palanca para desarrollar tu startup. Pero como en el caso de Clarence, en lugar de corregir una parte del dolor con un parche, el revolucionó el concepto cambiando la operativa de arriba abajo.
Este cambio de modelo es audaz, disruptivo y requiere mucha visión, pero para eso haces una startup. Nadie monta una startup para mejorar un 5%, 10% un proceso que ya existe. Para eso están las consultoras de negocio. Una startup está para revolucionar un sector y crecer a ritmos de x10 mes a mes.
¿Suena complicado? Lo es, pero si quieres hacer algo innovador, tienes que ir a por todas. En una startup no debes ir con medias tintas, debes ir con ganas de comerte el mundo y de paso a todos los que se te pongan por medio. Clarence triunfó con un modelo totalmente innovador y que ahora vemos como el estándar.
¿Crees que podrías hacer algo mejor que lo que hizo Clarence? El mundo te está esperando.
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